La eternidad y el cambio
Caben en la misma ecuación
Tarareos de intuición
Resuenan en la cocina
Nos recreamos en ternura, crêpes,
y canciones
En poesía
En su idioma particular
Casa nos regala sus impresiones
Nos alumbra los hitos
De esta senda
Que existe y no a la vez
De la que se apartan las hojas
Secas
Con nuestros soplidos
Inquietos
La sorpresa se hace perpetua
A las horas mágicas
Y el tiempo deja de existir
Los miedos y las penas
Se hacen pequeños
Ligeros
Y libres
Nos hacemos
Un fuerte de confinamiento
Perfecto
Se reúnen con nosotros
Para empacharnos
Con un banquete de dicha
Y cerramos la puerta a la calle
Y abrimos la de dentro
A una nueva dimensión
En ella somos nuestra verdad
Somos nuestros
Y amar es absolutamente vital
Y siempre hay cuerdas
De repuesto o mas guitarras
Y nos perdemos en la música
Y tarareas en la cocina
Y la casa silba en francés
Y te conviertes en poesía