domingo, 9 de septiembre de 2018

Lluvia

Divina percusión celeste 
que anuncias agua sobre el almendro 
Deja caer con celeridad la vida
Dame alimento
Riega los caballones que no se hicieron
Y que las hierbas bajas te mantengan
Hasta la próxima tormenta
En raíces y suelo.
Expande el aroma de los jazmines
Que reverdecen en las esquinas de este pueblo
Reténte en la tierra de la montaña
Y hazle eco a su envolvente silencio
Eres en la entrada y nocturna velada
La única habitante de las calles
Eres música blanca en mis oídos
Lluvia que aunas todas las frecuencias
Eres petricor que entra en mi alma
Y que ya no sale


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