En ocasiones, muchas, desordena también las.
El escritor/a, genera nuevas ideas con palabras viejas.
Bien, en el presente faltan textos innovadores;
para mi.
Supongo...
no quiero hablar por el resto, claro.
La gente saca libros, firma dorsos y es leída con ahínco por los llamados Lectores.
Con mayúscula... los que sí que leen y saben leer.
Si sigue habiendo mercado, es porque hay algo que aún no se ha contado.
Deduzco.
Pero no consigo leer nada nuevo.
Todo me parece vacío o reiterado en demasía.
Todo me parece ya vivido, en mi cabeza o en otras vidas.
No puedo haber leído tanto, porque yo sé con certeza, que no lo he hecho.
Entonces, cómo me he hartado y aburrido de las letras, sus sentidos, sus respuestas.
Supongo, y acierto con ello, espero... que lo que busco en rededor, en los libros, en cualquier autor, son las preguntas -respondidas- que jamás han tenido respuesta. O que sí,
Lo que busco: -quiero pensar- el despejar las letras de las tantas ecuaciones existenciales
que nos dejan el cerebro apaleado, que me dejan la cabeza echa trizas.
Lo que hago, mientras busco, es intentar entenderlo. Comprender mis disgustos.
y escribo, como y aspiro para responderme.
Y consigo seguir viva.
Nota: El día que todas las preguntas existenciales se respondan. Ya no habrá nada interesante sobre lo que escribir, ni sobre lo que leer, ni por lo que vivir.
Lo que no tenemos, es lo que nos hace seguir.
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