¿Esas incontables vueltas de la lavadora que lo limpian casi todo?
¿Sabes la de cientos de millones de caminos de feromonas que construyen las hormigas a nuestro alrededor, y que con alrededor me refiero a bajo los pies, y a también sobre los hombros?
¿Sabes la de información falsa que nos tragamos hasta todos los que nos creemos despiertos?
, o cuanta verdad le atribuimos a nuestros argumentos y que pocas bases tienen realmente?
¿Sabes ese predolor de la regla que te hace sentir viva y hasta gusta?
¿y ese bombardeo de pensamientos que se activa cuando el sol baja, y el fuego se queda dentro, y los pájaros y los cencerros y algun perro ladrando a algún gato, que araña a otro y este le grita, y el bombardeo en si mismo, es lo único que se escucha?
¿Sabes lo que compensa un atardecer dominical aquí?
, una brisa del ya presente verano en el final de esta primavera?
¿Puedes entender lo que enriquece el alma ver albahacas, tomateras, plantas de chili y decenas más de otras tantas variedades y especies, solo a un levantarme del puf y tres pasos...que no voy a dar porque ahora escribo?
¿Sabes ese libro, el que lees y el otro... que quieres acabar, pero no?
¿Esa eterna búsqueda de algo que ya sabes pero te vuelves Ulises?
Sabes que la lavadora ha terminado su trabajo cuando para de dar vueltas.
Y que este texto ha llegado a su final, cuando dejas de hacer preguntas.
Sabes que todas las preguntas que te hago son más bien autocuestiones.
Sabes que voy a dejar de escribir parar tender.
-Porque ya soy grande-
Me repito para autoconvencerme
entre el lento estirón que me interroga
y el encogerme de nuevo
que soy yo misma respondiendo.
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