miércoles, 21 de agosto de 2019

La chispa perdida del desazón me hizo ser



Me parto el mundo en paraísos terrenales
Le doy bocados hasta que solo queda el borde
Y de él salto al precipicio
La continua caída al todo
me hace heridas en la boca
Y mis fauces hieren con su sutil ferocidad
A aquellos protegidos por un tottem de otro calibre
Después abro los ojos de nuevo
Y me hago débil ante el mundo
En instantes de sosiego,
me hago mía
Me hago humana
Soy la candente llama que me dirige
Y el incendio forestal que arrasa con todo sin piedad
Huelo a gratos encuentros venenosos
cuando prendo en sintonía con el universo
Y tú, sin percibirlo, hueles a cosmos
El aire sin ser consciente de su existencia
Desprende el aroma de la punzante libertad
Inspiró hasta hincharme los pulmones de energías que no comprendo
Y acepto él no entendimiento como un nuevo axioma
Se magnetizan mis sueños con aquello que escapa a mí control
Y me vuelvo generadora de todo lo que no debo hacer, y lo que sí.
Vuelco mis restos en cualquier lugar
Donde pueda ser yo
Aunque nos duela
Y nazco selva de nuevo

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