sábado, 16 de diciembre de 2017

De los sueños en los que os veo.

El soñar
como intercomunicador de almas
Walkie talkie emocional
que se enciende con la noche.
Y se encuentra cara a cara
con las otras energías,
esas...las importantes
que han llorado, han crecido
y han saltado de alegría tantas veces a tu lado.
Que hace años que no ves
Que parece que no piensas ya por nada
No recuerdas o no anhelas...
Tan pequeños, y en primaria
Con algún diente caído
Y un futuro aún no predicho
O sí, que se yo...
Tan pequeños y en la plaza
En el patio, en el parque, en el bajo o en la casa...
Cada uno de esos días
Cada cual, cada espíritu
Que me hizo ser quién soy
Ya cumplió su cometido
Y se fue a vivir su vida
Y ahora hablo por las noches con sus voces
Que salen meticulosamente de unas bocas inventadas por mi mente,
Que tal vez parezcan propias del hablante
Pero no lo son...
Ella no tenía los ojos tan verdes
La otra conocía a una tercera desde siempre
Una cuarta nunca tuvo una dicción tan buena
Y en mi mundo onírico
Todo cambia al antojo de no sé que
Y los huevos no son más que pollitos nonatos...

jueves, 14 de diciembre de 2017

Por lo menos, unas cuantas vidas más.

Hacerte una tortilla de patata
a las cuatro de la madrugada.
Traerte el papel a la cama
cuando menos te apetece levantarte.
Jugar alguna batalla,
pintar alguna miniatura.
Hacerte pociones mágicas
cuando los mocos se te apoderan;
o la cabeza te retormenta.
Darte energía con un masaje
tocarte el pelo.
Serte en la barba.
Secar tu boca contra la mía.
El agua fría sobre mis labios.
Disfrutar de la intimidad que nos es tan grande
en cada hora
esas, todas ellas, que ya sabes
son solo nuestras.
Darnos espacio, ser nuestro espacio.
Besarte el cuello,
tan suave por debajo
de la línea que dibujan tus cabellos cromados.
Verte imperfecto y ser ideal.
Tener paciencia.
No saltar con tus siete estornudos atronadores.
Ni si quiera cuando son ocho.
Volcar los ochos.
Y mirar a través de los dos círculos que quedan
perfectos, a la altura de mis ojos...
Cuanto bien nos hacemos...

Hacerme unos cereales de chocolate
a la hora que yo te pida
Traerme el papel a la cama
cuando menos me apetece levantarme.
Jugar a contar historias,
dibujarme como una reina, y en la gloria.
Hacerme caricias mágicas
cuando la dicha se apodera de nosotros
y llegar juntos a donde sea.
Serme el mechón detrás de la oreja
Que se coloca una y otra vez ahí
gracias a tus dedos que se ocupan
desde el día que nos reconocimos.
Darnos espacio, ser nuestra paz
Besarme toda,
tan suave es tu boca cuando roza.
Verme imperfecta, ser ideal
Tener paciencia.
No saltar con los truenos matutinos bajo la manta.
Quedarnos bajo la manta.
Tumbarnos,
nosotros dos
y los prismáticos con los que "veo"
Hasta por lo menos
unas cuantas vidas más.









miércoles, 6 de diciembre de 2017

El mien y el bal.

Ya no me da miedo dormir poco
escuchar según que música
ni el frío que hace abajo, donde no hay estufa.

Dentro de una hora tendré miedo
no me habré dormido aún
y perderé todo lo dicho.

Aferro ahora estos pensamiento
solo un rato;
después simple y llanamente
los dejaré ir.

Parecerá que duele el soltarlo,
mas será mera ilusión cualquier pinchazo
solo un rato.
Y luego sí, luego probablemente queme a rabiar.

Pero ahora no tengo miedo a ningún cambio
puedo ver la muerte en todo lo vivo
y de esa manera, quitarle peso a la ausencia.

Y ahora no duele nada, cierto...pero falta algo
En unos minutos lo tendré todo
pero dolerá el pecho...

Por hacerme caso siempre
esto pasa...
con todo lo que yo me contradigo
siempre hago mien y bal
y con eso sigo.



miércoles, 22 de noviembre de 2017

Título difícil sin numerar.

Uno:
Cuento con que la dicha y la alegría
llena mi vida;
y al hacerlo, en el oportuno segundo
en que lo creo...
lo creo también.

Dos:
Persigo la pequeña luz
que ilumina mi intuición
atendiendo a cada señal
y entendiendo el rozar
como verdad universal del amor.

Tres
Quedarán pues las preguntas existenciales
y el resto de las cuestiones
en un estado de espera semipermante
que se alargará tanto tiempo...

Cuatro y cuarenta y cuatro:
...como tarde esta noche en acariciar
el contorno de tu barba con mi mirada
y los muñecos saltimbanquis
de tus iris camaleónicos-

Ocho:
-se revuelquen entre tu ojo espía y mi boca
y el infinito sea el instante que conectamos
y el resto nada.
Luego todo cuenta.

L:
Senti-dos sin más
sentirlo, por tanto,
tentarlo.








domingo, 12 de noviembre de 2017

Al hambre.

Se me quiebran las uñas ennegrecidas
al contacto con los nervios de mis dientes,
y me doy cuenta de que mi estómago,
donde visceralmente hablo conmigo
me está diciendo algo importante.
El hambre me quita la inspiración
y automáticamente después
me ofrece una cuestión en la que pensar:
Cómo osar hablar de hambre,
sin pasarla de verdad.






martes, 31 de octubre de 2017

La noche que murió mi perro Otis

      Nunca había oído hablar de la calle mandrágora, a pesar de que está muy próxima a la casa en la que llevo viviendo ya ocho años. "Mandrágora"; tampoco había escuchado esa palabra hasta ayer por teléfono. He llegado a la cafetería, tocaya del callejón donde descansa, temprano y empapado, gracias a las indicaciones de un viandante y a la tormenta que ha despertado la ciudad. Me dispongo a buscar el rincón más escondido y apartado del local con el fin de sacudirme como lo hubiese hecho Otis en una situación como esta. Enciendo mi cigarro mientras remuevo el café, cuando de pronto, la magia en la que no creo, hace que el tocadiscos de detrás de la barra silbe Cigarettes and Coffe.

       No se me concede el placer de disfrutar la canción, porque en el instante en que Mr.Redding se dispone a abrir la boca, la puerta hace lo mismo para dejar paso al periodista que, sin una sola gota sobre la chaqueta vaquera, se acerca hasta mi mesa. Sin más formalidades que un apretón de manos, aquel hombre me dirige sus primeras palabras de la mañana: 

      -Si le parece, empezamos ya; llevo cierto retraso en la investigación. 

      -Claro- Es mi respuesta. Enciende la grabadora y se sienta. 

      -Bueno, como ya le dije por teléfono, quiero que me cuente todo lo que  pasó la noche que murió su perro Otis. 

      Apuro mi cigarro y lo utilizo para encender el siguiente, la ocasión lo merece. Pido otro café y comienzo a contarle la espeluznante historia que protagoniza mis pesadillas hasta día de hoy:   

      -El otoño daba una excedencia a las nubes y dejaba la tarde totalmente despejada, como contradiciendo a la situación que había de acontecer; la temperatura estaba comenzando a bajar drásticamente con la marcha apresurada del sol por la arboleda, que se veía negra,a contra luz. Llevaba un par de semanas recorriendo los senderos de la cordillera; parando, cada vez que podía, en los pueblos de las laderas que resultaban cercanos al camino previsto. Ese día estaba cansado, tenía frío y me dolía mucho la pierna. Había resbalado por la mañana cruzando un riachuelo y necesitaba que alguien, que entendiera de medicina más que yo, le echara un ojo a la rodilla. No había sido una rotura, lo sabía porque me dejó andar durante bastantes horas; parecía más bien algún tipo de lesión leve. Había perdido toda su fuerza y aunque no me respondía, chillaba groserías a la par que cojeaba.   
      Otis, que marchaba desatado, contento y ajeno a las circunstancias, comenzó a ladrar cuando vio el pueblo a lo lejos, como avisando de que llegábamos. Me asusté un poco al ver civilización de nuevo cerca suyo, la cual pudiera herirle, atropellarle o sancionarme por llevarlo suelto, así que le enganche rápido la correa al cuello y me incorporé. En ese instante vi a la anciana. Aún estaba lejos, pero se la podía distinguir perfectamente. Era vieja, encorvada y andaba incluso con más dificultad que yo en ese momento. No tenía muchos aires de ser mochilera o agricultora. "Estará dándose un paseo", es lo primero que pensé, idea que descarté de inmediato, ya que la noche se apoderaba con velocidad del horizonte, y ella se alejaba del pueblo, en lugar de emprender el camino a casa. Conforme nos acercábamos se incrementaba mi sensación de preocupación, la señora tenía muy mala pinta, me pareció moribunda... 

       -Un momento- me interrumpe el periodista. -¿Dijo hace un rato que le dolía fuertemente la rodilla? Esto es bueno...y la "vieja"...- Masculla mientras apunta en su libreta - ¿Podría decirme si el dolor se comportó de manera anormal después de aquella noche?-

      Mientras apuro mi segunda taza, el universo vuelve a burlarse de mí con sus absurdas brujerías; comienzan a sonar los primeros acordes de Hard rain's a-gonna fall. Al mismo tiempo, ahí afuera, la lluvia se apremia en caer a su son. 

      -Sí, el dolor de la pierna, y cualquier otro que pueda imaginar, han sido totalmente borrados de mi vida....Bueno, como le iba diciendo, mi preocupación por aquella señora iba aumentando conforme se acercaba, así que le estuve preguntando si podía ayudarla hasta que... Ella no contestaba, se movía y comportaba de manera extrañísima. En un momento dado... Otis... Otis no había parado de ladrar y saltó encima de ella. Un grito descomunal me golpeó en los oídos. Caímos los tres al suelo. Por más que repaso los hechos, no sé que pasó aquella noche. Otis nunca más ladró. ¿Tiene fuego? 

      -Tome. ¿Y luego? 

      -Luego descubrí lo que escondía debajo del abrigo. Solo vi su figura durante un brevísimo instante, el tiempo que tardé en desmayarme. El segundo chillido me cogió demasiado cerca. Su cuerpo parecía... parecía una raíz extirpada del suelo y una anciana simultáneamente. Se marchitaba, se moría. Cuando me levanté ya no estaba. 

      -¿Una raíz dice? Perfecto, esto es lo que buscaba. Haga el favor y mire lo que tiene en la mano. 

      Mis ojos se dirigen hasta la cajetilla de cerillas que sostengo para, perplejo, asentir con la cabeza mientras contengo el aire, incapaz de pronunciar palabra.   

      -Verá Paco, seguro que le ayudaría una breve explicación sobre las mandrágoras...
Ilustración de <The Galapalo> https://www.artstation.com/the_galapalo






miércoles, 4 de octubre de 2017

De ayer a hoy, crecí.

Un martes cualquiera con la luna casi llena
escrito el miércoles que le sigue.
Una luna, ahora intensamente ocre
rebotando por la ladera de la Muela.
Un nuevo reencuentro con la Cantalobos
desatando mis músculos y mis neuronas.
Un ensayo a tres voces que parecía real,
 y tres mañanas aprovechadas.
-Aunque sea temprano la una,
 y perfecto el a medio día-
Una cama, por fin con feng shui,
apoyada en la pared que le tocaba.
Un rencor, o varios, que queman
si no se sueltan,
que hierven si no se escriben.
Un puñado de cosas que hacer
y yo única responsable
-en intento desesperado de auto-disciplina-.
Una capacidad extraordinaria
de querer perdonarle al mundo
que te chafen el trabajo bien hecho.
Un instinto irrevocable de que esto me cueste trabajo.
Una cantidad de asco inmensa
hacia los bombardeos de desinformación,
los tiroteos de opiniones sin fundamento,
y la metralla de irracionalidad de las redes sociales.
Un gran y maravilloso don para olvidarme de toda la mierda
cuando salgo a mi terraza.
Un intento y medio de dedicarme a cambiar yo misma
y contároslo en música y versos.
Una vida que es toda para vivirla.
Unas vacaciones que huelen a pronto y cortas.
Toda la suerte que está de mi lado
-incluso en lo malo-,
y cuatro principios de arrugas perfectas.

           

martes, 19 de septiembre de 2017

Hay alguna miga en el suelo esperando a su hormiga portadora.

Hay dos manos pegadas a mis brazos
Diez uñas mordidas por mis dientes separados
y un cariñoso dolor que reside en mi espalda
desde principios del nuevo siglo.

Hay varias cortinas plegadas atrás mío,
que me han prometido despertarse mañana
y hacer que la alarma gane el duelo
a la adictiva perfección paradisíaca
que me acoge dentro de la cama.

Hay poesía en la pureza de tu reír
y comunicación pacífica entre nuestros sentidos
que me cura el vaivén solidificado de mi <cabesa>.

Hay mucho que hacer
más del triple que alentar
y muchas horas gastadas en soñar juntos
que nunca pierdo.

Hay otoño apurándose por tocar a la campana
y una campana que no querría demorarse en demasía
ni por asomo, le pillara el invierno.

Hay barandillas con dudas en vez de barrotes
y lámparas completamente abandonadas
en el almacén de la tienda que sea.

Hay vacaciones en alguna de las páginas de mi agenda
y un lugar que aguarda nuestro aprendizaje
a kilómetros del hogar que más estimo;
percibo además, cierto olor exótico y feliz.

Hay felicidad en cada coincidencia numérica
y muchísimas más estrellas que en la ciudad.
Tierra, piedra y agua...

Hay cuantísimo de verde,
que me aviva a cada paso
y es la esencia más perfecta al respirar.

En este rato.
Hay todo el tiempo que necesito para sabernos.





domingo, 27 de agosto de 2017

Pequeños escritos que se repiten, para grandes ideas que se vuelven a olvidar.

<No te olvides de quién quieres ser>
Resuena como si realmente existiera
sabiduría en mi cabeza
En la praxis del asunto nace otra reina
que gobierna sobre el resto de las voces
y las merma.
Re-socializarse para desaprender
apagar los arraigados sentimientos
que poblaron nuestra educación
y limitan sin lugar a duda
el crecimiento
el de dentro.
Se encienden de nuevo.
Se apagan de nuevo.
Aprenderlo todo de nuevo
olvidarlo a los tres días...
Volver a ello
con la necesidad absoluta de retomar la emoción
de haber hecho algo bien
de haber pensado bien
de haber sentido bien
de estar sano.
Volver a la pureza del nonato
y perderla lo menos posible
Buscarla de nuevo si a caso
y escribir para recordar
que, quién quieres ser, es siempre <algo más>


viernes, 28 de julio de 2017

Querido diario

Cortinas de colores
Espirales en el hierro
Lámparas de segunda mano
Escobillas negras
para ver menos la mierda
Jaboneras, papeleras, tickets y carteras
Escalones a doquier
El taladro, los tornillos y las tuercas
Inspecciones técnicas
Suerte en pegatinas
Limpiezas y madrugar
Engullir comida rápida
Tirar refrescos al suelo
Calor fuera, frío dentro
Coches que pitan muy fuerte
Libros en la estantería
Calendario en la nevera
El biombo reinando la habitación
Mayoría aplastante de risa
Río refrescando las ideas
El último y me acuesto
Viento encima de la ropa
Suelo lleno de cosas
Pleno con recuerdos a corto plazo
Y a largo...
Muy largo el hilo de la mosquitera
Imán en lugar de clavos
Cosas que hacer
Posponer las cosas
Y conservar la salud mental
Los colchones del otro piso no tienen prisa
Ni yo
El mundo sí que la tiene
La gente corre mucho
Y llega muy rápido a los sitios
Riega la cirigüeña cuando bajes
Escucha esos segundos, en los que la tierra traga el agua
Respira
Duerme
Descansa tu espalda con la mía
Fabricamos una hamaca con los cuerpos
Como una salvaje
Cojo la salida de la intuición
Siempre que puedo
O me la paso y doy unas cuantas vueltas
Llego al mismo sitio
Ventilador apagado y silencio
Calor y zumbidos enanos
La noche empieza a disfrutarse
Deberes de persona adulta
El día termina temprano y empieza
Vuelve a construirse todo de nuevo
Se sobrescribe el verso a sí mismo
Ni yo me lo creo
Vocea la campana una única vez
que me vaya a la cama
y hasta mañana se convierte en un pequeño final más.





miércoles, 26 de julio de 2017

Tengo poemas desde antes de existirme.

Tengo dos guitarras colgadas detrás de mí
y a cada una de ellas
le falta una cuerda;
enfrente frases cortas, separadas
por espacios
de tiempo y de imágenes
que no siempre concuerdan.
Tengo arriba un techo alto
con vigas que se entrecruzan
y crujen cuando se asientan.
Adentro algo que late
parecido al corazón
pero lo siento de otra manera;
en otros sitios, a otras tareas,
no siempre bombea.
En cambio,
ahoga, o tiembla,
recuerda,
y permite que tú lo llames de mil maneras.
Tengo suerte a raudales
a la derecha de mis dos ojos
dibujando y sacándose mocos.
A la izquierda sobre la almohada
la misma dicha cada mañana,
el descubierto sueño despierto
que se abraza a mi garganta.
Tengo regalos en millares de letras
para cientos de personas
que no son él,
y otras miles que sí lo son.
Y un libro germinándose
para que puedas leerlas
¡y aún mejor!
Tengo su respuesta en decenas de dibujos
estos todos para mí
macerando y dando brillo a mis historias
con sus trazos y su tiempo,
con su luz y con sus sombras.
Tengo su presente, envuelto de ilustraciones
y he de decir que es complicado,
pues lo que hay dentro, es inefable
hasta el punto de no saber cómo darle
cómo decirle
qué responderle
qué regalarle
que se acerque al nivel de ese interior
que no puedo describir, ni ritmar
Temo que solo te puedo decir algo más...
Tengo poemas desde antes de existirme
Pero tengo los más bellos desde que te conocí.









miércoles, 12 de julio de 2017

Hay un libro que me espera, y más volares, lo he soñado.

Érase una vez un hombre sabio
que salía de su cuerpo
cada vez que precisaba.

Cerraba sus dos ojos,
y la luz se liberaba
sin ningún tipo de freno.

La luz era el cosmos,
el aura era morada...

Preguntaba yo a su vez
si tal vez con esos sueños,
los que partes de tu piel,
podía uno viajar
al igual que él disfrutaba.

Me di cuenta aún soñando,
que despierta se podía
-que pesaba, mas podía-
que a más concentración
más flotaba y más sabía.

Y al flotar frente a los globos,
que ya de por sí, volaban,
me di cuenta que había algo que faltaba
para darles vida y alas.

Y colgamos por cada uno, una pluma
la que al fin les impulsaba.

Justo antes de perderlo,
di-me cuenta de una cosa
que había algún buen libro
de portada dura y roja
que esperaba que comiera
con mi esencia,
cada una de sus hojas.

Pero luego, desperté
-sin saber si quiera un nombre-
con el toc-toc-toc impersonal del cartero
que me trajo, algo pequeño.

El calor grande e inmenso
y lo que fuera que no era un libro
fue lo que trajo
y se llevó todo mi sueño.

Dejo yo ahora una parte de él
lo que queda, ni más ni menos,
derretida en este Julio
bajo el vuelo de mi pecho.

Y el viento cierra de un portazo el poema.




jueves, 6 de julio de 2017

Cómete mi gapo o te chupo la axila.

Que bien sienta que te chupen
en todos los sentidos imaginables
te quitan las legañas con amor líquido
y refrescan tu esencia.
Limpias la puerta de entrada
y así la cena sabe mejor
Y se merece un homenaje. 
Buuuuullaaaaa. 
Chorros de agradecimiento mental. 


viernes, 16 de junio de 2017

Importante nota de delirio. Lo que no tenemos es lo que nos hace seguir.

El escritor/a coge las palabras, dice, que ya están ahí y las ordena.
En ocasiones, muchas, desordena también las. 
El escritor/a, genera nuevas ideas con palabras viejas.
Bien, en el presente faltan textos innovadores;
para mi.
Supongo...
no quiero hablar por el resto, claro. 
La gente saca libros, firma dorsos y es leída con ahínco por los llamados Lectores. 
Con mayúscula... los que sí que leen y saben leer. 
Si sigue habiendo mercado, es porque hay algo que aún no se ha contado.
Deduzco. 
Pero no consigo leer nada nuevo.
Todo me parece vacío o reiterado en demasía. 
Todo me parece ya vivido, en mi cabeza o en otras vidas.
No puedo haber leído tanto, porque yo sé con certeza, que no lo he hecho. 
Entonces, cómo me he hartado y aburrido de las letras, sus sentidos, sus respuestas.
Supongo, y acierto con ello, espero... que lo que busco en rededor, en los libros, en cualquier autor, son las preguntas -respondidas- que jamás han tenido respuesta. O que sí,
Lo que busco: -quiero pensar- el despejar las letras de las tantas ecuaciones existenciales 
que nos dejan el cerebro apaleado, que me dejan la cabeza echa trizas.
Lo que hago, mientras busco, es intentar entenderlo. Comprender mis disgustos.
y escribo, como y aspiro para responderme. 
Y consigo seguir viva.


Nota: El día que todas las preguntas existenciales se respondan. Ya no habrá nada interesante sobre lo que escribir, ni sobre lo que leer, ni por lo que vivir.

Lo que no tenemos, es lo que nos hace seguir. 




lunes, 12 de junio de 2017

El arte de rehacer

Me repito
te repites
Me repite...
Leo frases
las reescribo
sed felices.
Ando recta
erguida, y contenta
disimulo con pecho fuera
que no tengo ni puta idea
de adonde voy
de donde vengo
o para que soy.

Versos bucólicos y las siluetas que desaparecen en el atardecer.

La sombra de la tomatera
desaparece.
Al tiempo voltean
las campanas inventadas.
Se aceleran
las golondrinas sobrexcitadas
por la despedida
de un sol
que se va,
aunque sea la tierra
la que se mueve
y también él,
y las golondrinas,
el toldo raído de una casa vieja
y todo lo demás;
las moscas en mis rodillas,
el viento en la ropa tendida,
la ropa tendida,
el agua,
cada sonido que percibimos,
y todo el que no.
El silencio de la ciudad
que se percibe desde los montes.
Cada final de letras,
y todo el eco que resuene.


viernes, 2 de junio de 2017

Han de oírse hasta las palabras escritas.

Llega el sonido a la campana
y los pajarillos que hace poco
reinaban en mi terraza,
le acompañan en su canto.
Acercan las verdades de la vida,
las inspiraciones del hombre,
solo a quien mantiene el oído abierto.
Compiten sin quererlo contra tableros,
pantallas y frases cortas con letras grandes,
que se deslizan entre los dedos,
dentro de las casas aisladas
que lo escuchan estáticas
pero con alma, que no siempre vemos.
Los humanos
que dicen tener en propiedad,
lamentan en su lugar la interrupción
con un subir de volumen
de un mando negro y caliente.
Las mentes,
descoloridas de pureza
se ciernen en "malver" cuan importante
es la última noticia de nuestros amos
y limitan su apresurar
a prisiones de tiempo
a asegurar un futuro
más incierto que la religión sin dios
o que la ciencia sin experimentos.
Y la observación del instante
que pocos consiguen captar
la ciencia de la vida...la esencia del vivir
queda relegada sin remedio para los que no tienen tele
los que prefieren por lo menos intentarlo
y aceptan con gusto las teclas,
los mensajes pocos e importantes
los que oyen.
Los que leen lo que ha tenido que ser escrito
y los que escriben porque si no...
si no seguro, que no hay quien lea
sobre el sonido del campanario
con piares que lo acompañan
y forman uno...


jueves, 18 de mayo de 2017

La montaña de mis ojos

La imagen puede contener: cielo, nube y exteriorEn el inmenso y diminuto 
paraíso de mi mente 
cierro los ojos y vivo
Abro la mente
y recuerdo la esencia. 
Termino con un suspiro denso
y retiro el parpadeo;
Luzco el iris
y descubro enfrente suyo
el diminuto lugar en el cosmos
ese inmenso paraíso
que es el viento en la montaña
de la que tomo aire
y a la que doy palabras.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Oh linda casita.

¡Oh casita dulce y colorida!
Morada de los sueños que aún no hemos cumplido...
porque son bellos estos, señorxs míxs,
mucho más que los colmados.
-ya me entienden, siempre más.-
Nido tierno lleno de vida,
en el tejado de la guardia más perfecta,
en la almohada más mullida
y en los ojos más profundos.
Me retiro sin apenas cargo de conciencia
al lugar donde los mosquitos violan,
donde las almas perduran,
donde se encuentra de nuevo la vida
y la felicidad llora;
mas no de pena, si no de ser ella misma
-la felicidad llora de felicidad,
por si no había quedado claro.-
Se entusiasma al solo hecho de existir,
y me enloquezco de risa al ver que entra
entre cada célula de nuestro ser, de ti y de mi.
Oh linda casita, en uso, entera, por fín...
y tan bonita, que adquieres aromas al paso de días
inciensos, manjares y objetos viajeros
de tantas partes del mundo...
y más que aún no veo,
por aquello del siempre más, y de los sueños.
Cueva mejor que ninguna
sirve de aeropuerto para ciertas aves,
de escenario para ciertas vidas
de despacho, bar o santuario
Ohhh linda ca, sita...
cuanto agradezco a cada ladrillo
y a cada mano
y a cada mente...
y claramente a quien lo sabe sin que lo mente
todo esfuerzo, peso y euro...
¡Gracias pequeño... enorme hogar!
por dejarnos dentro tuyo descansar y disfrutar.



Feliz armonía tranquila de la nada y el todo.

Se me escapan las ideas ente los dedos,
se resbalan por debajo de mis cejas;
mientras, con los manos tensas aprieto.
Exaspero delante de mis palabras,
crujen vacías, y caigo falta de habla.
Redoblo los sentidos de las totalidades,
los tonos que se destiñen en telas que aún no existen.
Me enciende la falta de lo que sea,
y aclama con rabia la inspiración,
se enfrenta, fiereza ante que no lea.
En la suprema felicidad
los papeles frenan en blanco.
Se ralentiza el aprendizaje de ciertas cosas.
El amor retiene a mis uñas
y el tiempo se hace presente en extremo,
tanto que delego mis quinientas aficiones
y busco, por no perder la costumbre...
algo nuevo que me canse las neuronas,
que me sirva como excusa al fanatismo innecesario
y me quite las palabras de los dedos
para darle las sonrisas a mi boca.







sábado, 8 de abril de 2017

Té sin azúcar y crema de cacao.

Té sin azúcar por la mañana,
con un chorrito de leche de soja.
Dejo la guitarra de nuevo en su sitio;
demasiados cortes para tocarla.
O el sueño de la cuerda rota, que más dá.
Empiezan las excusas, y aún no he terminado el vaso.
Por la noche cojo el bote de crema de cacao,
una cuchara larga
y mando a la mierda los propósitos
-los muchos de ellos-
que gobiernan solo un pequeño lapso de tiempo.
Intervalo que sucede desde que me acuesto
empachada de todos mis antojos,
hasta que voy por la mitad de ese brebaje
sin edulcorar y de un tono turbio,
pasando por todos mis sueños.
En el mundo de las sábanas
yo soy la heroína y gano siempre.
Huyo más que lucho, si bien es cierto.
Pero salvo vidas.
Despierto entonces
con un té sin azúcar
y algo que contarle a Pablo,
y a veces hago flexiones o estiro.
No estiro, desde hace tiempo,
desde que me siento más en sofás que en el suelo.
A veces también escribo,
por la mañana... -que loca, sin luna-
fruto de una extraña inspiración
entre sorbo y sorbo.
Olvido la taza cuando quedan dos dedos,
por costumbre, me cuestan los finales.
Cojo una piedra de esas
que se antepusieron en mi camino
y me siento antes de llegar a la meta.
La observo
desde relativamente cerca
Pero espero un rato y veo la gente pasar,
escucho trozos de sus conversaciones,
y las convierto inconsciente de ello
en lo de atrás de mis futuros sueños.
El té ya hace una hora que se ha enfriado.
De mientras llamadas, horarios y planes
y la terraza con sol ahí al lado.
La veo desde lo alto,
cerca y con tanto suelo...
que se merece ser el final de este poema.
Y el principio de mi nueva era.



jueves, 6 de abril de 2017

Magia primaveral

Descansa un avión en mi teclado, muy cerca de las flechas hacia adelante que impulsan a la vida. Esa inquieta máquina de acciones y pensamientos -la vida en clase turista- viaja entre la piel de las curtidas huellas, desde el limonero de allí abajo hasta nuestro hogar.

Los gatos observan como exprimimos nuestra curiosidad en sus hocicos, y se acercan confiados, pero gatos aún. Y recargamos lo de dentro de la sudadera para saltar. La verjas son obstáculo nulo para su pandilla multicolor, y me vuelvo ellos. Aún y todo la tarta de manzana se cuece en el horno, y ciertas historias escalan unos pocos metros hasta el siguiente reposo, restando animalidad a la cuenta total.

 En los sueños de cualquier mujer, y también en los de los humanos, se perciben mágicos y siniguales los colores de las ocho de cualquier tarde de abril, al ras de cientos de campos salvajes, labrados o intactos. Nos inmiscuimos entre sus flores, sus buenas o malas o neutras, las hierbas, y nos aceptan.
El sol apuesta por nuestra compañía, se queda un rato más con tus ojos verdes, y me ríes la paz de estar aquí, tan presentes y pronunciados, capaces de obviar cuando llueve hasta puntos ilimitados.

Me retiro a soltar la columna erguida en el colchón postrado, con la gratitud infinita de, entre mucho inviable de mentar, ser capaz de darme cuenta de que todos, absolutamente todos los días desde que te conozco, has aprovechado al menos una oportunidad en el día compartido, y tantas muchas más que una, de sonsacarme una carcajada, sucia o limpia, pero pura.

Si bien es cierto, he de decir, que un movimiento de cualquiera de tus músculos puede llegar a invocar a la luna creciente, desprendiéndose con cada una de mis muela hasta el vacío.
Y del resto, trazo letras y apellidos en la costura de las cortinas por las que jamás discutiremos. Me recuerdo al tiempo todo por lo que vivimos, por contarnos la ideas con la cabeza apoyada en calor, y seguir siendo niños.

miércoles, 5 de abril de 2017

Desorden versátil literal de un cerebro cualquiera

La llave de una carcajada en el sofá.
Los murciélagos despertando al sol viajero.
El hierro en las sillas, las barandillas.
Pronósticos de picaduras.
Las espirales de humo en tu cara larga.
Mi aliento a recaídas.
Los pequeños y los grandes miedos.
Nuestras alergias al polvo y las malas rutinas.
Veintitantos que esprintan los relojes.
Senectud retrasando la hora dos días después.
Ruedas grandes y bolsillos pequeños.
No funcionan mis frenos.
Nunca bajamos de cuarta.
Los movimientos continuos de bragas, muñecos y libros.
Decenas de cuartos en montones de suelos.
Fantasmas de mesas garabateadas.
Frías firmas a ventanas tapiadas.
Adultez que se precipita en un pijama de ositos.
Rotundas en el espejo las afirmaciones pasadas.
La realidad me ata una cuerda larga,
al aro del fuego y los tributos.
La administración del bombardeo de precios y emociones.
En medio de la rebujina disparamos al aire.
Abrimos el aroma a plastelina y ceras.
El brillo de lo que seremos,
aunque cueste el fracaso de lo que ahora pienso.
Mi ser que no se conoce.
El tuyo que abriga mis pies descalzos.
Cuidan de mis dedos tus ojos que leen.
La deriva que me llevo a la cama.
Mis sinceros silencios,
tus dejar atrás
Su casa.
Nuestro siguiente alto en el remanso.
Sed de vida
'Sin-o' con descanso.
Cualquier pensamiento es válido
para la inercia del que ama.







miércoles, 29 de marzo de 2017

La llamada

Comenzó con un suspiro
seguido del silencio
de las montañas,
de los árboles
y del viento.
La madrugada levantada
llamó mi despertar discontinuo
y enloquecí en respiraciones;
una con cada verso.
Fue especialmente escueta
la conversación entre la poesía y mis dedos
hasta que dejó de coger aire la palabra
y lo hizo el resto.
Volví a la pasión del disconforme
a escribir sobre los sueños
sobre su ausencia, causa o consciencia
y me dormí entre tus gestos
Con algo dentro de nuestras mentes
volando fuera de nuestros cuerpos.
Guardando vida,
y gastando tiempo




miércoles, 15 de marzo de 2017

Quizás te prometa...

Te prometo que te haré caso
-mente-
para no entrar a diario en colapso.
Lo haré a veces,
te prometo que lo haré a veces...
Otras veces el caso cambiará. 
El caso es que en ocasiones 
seguiré tus sabios consejos
y otras muchas no lo haré. 
No lo hago. 

No te prometo que siempre te haré caso
-pensamiento productivo-
no puedo hacerlo.
No siempre.
Pero sí todo el tiempo que sea capaz.
Quizás encontrándome al límite
un poco de tiempo más.
Quizás me pierda en mis pensamientos
y no encuentre nada.
Solo quizás. 

Te prometo que te haré caso
-insomnio- 
todo el tiempo,
porque de tus manos no se puede huir.
Quizás pueda escribir 
o castigar mi cuerpo en el sofá
y así hacer como que no estás.
Como si fueras más yo
que yo misma.
Pero no se huye de ti. 
No, del insomnio no. 

Quizás sea en ti,
cuando ya no haya escapatoria 
y la madrugada se eche encima mía
que me encuentre en mis pensamientos
y lo pierda todo. 
Lo nocivo y lo inconstante
Y no tenga más la necesidad 
de prometerle al cerebro que me extorsiona 
lealtad absoluta. 
Quizás en el fondo de cada cual
exista perfección. 


domingo, 12 de marzo de 2017

Pelos en el cuerpo y dedos en recuerdo.

Quiero tocarte un mechón de pelo.
Después quiero tocarte el pelo otra vez.
Quiero meter mis dedos en tus pelos, 
en tu cabeza, en tu barbilla...
en tus vaqueros...
-En los bolsillos, y para buscar pañuelos-
Quiero callarnos y tocarnos mucho rato. 
Estáticas o cinéticas
pero pegadas una a la otra
tu piel a la mía. 
Quiero movernos y quietarnos
y susurrarnos la respiración en el cuello.
Puede que tenga incluso,
y esto me cuesta reconocerlo,
cierta pizca de necesidad
por vernos con los ojos cerrados
y los cuerpos inmensos 
abiertos
y todo lo despiertos que nos plazca.
Quiero nos hagamos paz como sabemos,
dormirnos cerca.
Quiero me rías la pierna en alto
y toquemos las estrellas marrones de la espalda.
Quiero desayunar tarde tus ojeras,
y tocarte el pelo
y tocarte todo pelo
y tocarte
entero

Te quiero Pablo.

jueves, 2 de marzo de 2017

El alumbramiento del cosmos

Contenido, febril y condensado
se macera el inicio de un todo
que ansía su estallido con tremenda agitación.

Aguarda dentro de las energías que lo retienen,
poderosas pero quebrantables,
a la señal del espacio en blanco.

Un chasquido de dedos nos podría valer
y la tremenda fuerza
del deseo a la vida
al movimiento
el instinto universal del crecer,
¡explota!.

El gran, enorme, colosal
primer trueno de la historia
firma ese principio inconcebible
que nos regalará sempiternas preguntas.

Antes de sernos,
sin embargo del futuro que nos concierne,
se dan unas cuantas raciones de anarquía.
Fuego, -no de chimeneas-
 y ebrios encuentros de planetas extranjeros
convierten nuestro cielo en averno.

Los restos de la batalla de piedras
convertidos en lucero nocturno
acompañan en su viaje a la madre tierra
y nos sonríen hoy detrás de la montaña.

El mundo desnudo de caos
al abrigo de mares prepara su aire
para respirarnos y poder ser.
Se dispone a engendrarnos
nos da temores, también querer.

Todos los elementos, el polvo de estrellas
buscan su lugar a la fuerza
y al final de muchas causalidades
y de una gran incógnita
nace un microbio.

Y todo lo que ello conlleva
-todo-
Nacen los mundos injustos
y las justas utopías
Nace el amor y la muerte

Se confiesa desnuda la tierra
incapaz de contrariar la dualidad
que nos equilibra por dentro
y que desnivela los pueblos.

Desde "nuestras" pequeñas cuevas
atisbamos grandioso el universo,
inalcanzable y desconocido,
nos aterra por instinto
lo perdido de los libros
lo no visto, lo aún no escrito.

En el interior de nuestros temores
y nuestros vacíos
redibujamos lo sabido más lo aprendido
y nacen nuevas almas,
distintas letras,
gestos brillantes, trazos oscuros

En lo más hondo, lo más salvaje
nace la idea gigante y descalza.
Se queda dentro de la sábana
que también es resto de algún sol
como todo.

En el eterno viaje didáctico
la existencia cinética de lo que no sabemos

nos hace.

viernes, 10 de febrero de 2017

Me arde el pecho

Impregno la nariz en tu espalda
Inspiro hasta el último ápice de tu olor
A fuego lento me preparas los minutos
Desgarro el aire que nos separa para respirarte
e intento con fuerza y en vano
que no se me vaya de las manos
Espasmos y gritos descontrolados
que hablan lo que no se como explicar
Lo que ya te he dicho mil de veces
y aún sigue ardiendo en mi pecho
Por eso regreso al papel,
y te escribo un nuevo poema
Me cantas mientras friegas
Me encantas todo el rato
Me siento la maldita reina del mundo
no...la diosa del universo,
aquí despeinada y sin duchar
con cara adormilada,
desayunando mi más preferido manjar
El sentimiento que me plena
es más grande que el amor,
más irracional que la locura
y más bello que cualquier flor
de cualquier jardín repleto
de diferentes y coloridos pétalos,
más bestia que una fuerte pelea
entre campeones de lucha libre,
incluso más feroz que una ceja partida
de la que no deja de brotar sangre
Es intenso y colosal,
y lo mejor de todo: ES.
Me hiela las manos y los dedos
si no lo escribo, si no lo digo,

si no te huelo.

jueves, 9 de febrero de 2017

De acción y pensamiento

Tras el oscuro fondo de los ojos cerrados
puedo discernir claras, cinéticas y fugaces
las líneas, formas y matices
de aquello que me ronda la cabeza.
Froto con fuerza las cuencas y veo claro
las redes que lo rodean; - a aquello-.

Con férrea mira de acción
me rasco los bichos del sueño, observo:
Las líneas están latiendo
ideas y pensamientos,
cazan la existencia de las estrías
y al frente, los ojos atentos,
con letras que no traducen
los actos que sí concluyen
en libros, ahora abiertos.


domingo, 5 de febrero de 2017

Las pequeñas grandes cosas

Dicen que cuando te colocas una prenda de vestir del revés es porque vas a recibir un regalo. Cada vez que yo me pongo alguna prenda del revés, recuerdo todas las cosas bellas que me regala la vida. He de decir que me pasa mucho más que muy a menudo. Reflexiono y me percato de que estoy hecha para observar y sentir lo esencial...Y doy gracias.


jueves, 2 de febrero de 2017

Semántica vital y quereres.

En la incesante búsqueda de la semántica vital
me digo...

Quiero crear cosas grandes y bonitas,
forjar algo.
Tengo hambre de cocina experimental,
sed de papeles únicos
salpicados de letras insólitas;
Tengo un hueco que reclama transformar
en 'big-art' el garabato
que mis manos embadurnan,
y cuatro dosis de pereza entre las venas
que me callan y me tumban.
Toman partido las voces
de grandes temores ocultos
y salen los riegos de sangre en la mente
tiñendo las inspiraciones con excusas
y manchando de elocuencia voces puras.

Quiero crear cosas inmensas y dignas,
fraguar algo.
Tengo ansia de exprimir la inspiración
y nunca dejarla seca,
de viajar hasta el último rincón
y de estar plena.
Pero me temo que no hay vidas
suficientes para tales tareas
para visitar tiempos y tierras
para aprenderlo todo...
ni para saberlo a medias.

Y menos aún podré llegar lejos
por mucho que ansíe o que quiera,
si me ganan el pulso a diario
las voces de la eterna espera,
que desencadenan en brazos y dientes
los movimientos pequeños e insuficientes
reflejos e intermitentes
que la cultura del mínimo esfuerzo me inyecta.
Y aquí hablo en tercera persona
me excuso y excluyo la culpa que me apoltrona
es duro mantened la ética y la postura
entre los lados profundos de mi locura.
Seguid el hilo, captarlo
gran y ardua tarea aprehender algo...

Y a pesar de todo ello...
quiero crear cosas nobles y bellas
pero una barrera -que siempre soy yo-
me hace dudar y me frena.
Se realista Elena...
que lo costoso es más que constancia;
-que también...y mucho-
es encontrar esa cosa grande
coger tu vida entera
y por ella apostarla.
Voy con todo a "lo que sea"
con sudor, fuerza y pelea.
Voy a ser escritora, maestra
o lanzadora con onda de piedras...
lo cierto, no tengo ni idea.
-bueno sí, quizás demasiadas de ellas-
pero quito la mano del fuego,
y aparto la mirada algo cansada
de ese punto alejado del horizonte
y por un instante todo se vuelve perfecto.
Retorno a este presente y me relajo,
sigo andando,
voy rodando en marcha primera
sin perder las ganas de inmensas hazañas,
pero observando todo aquello que me rodea
huelo, veo, oigo y siento
y me permito gozarlo sobre mi lengua
y esto me calma y me templa.

En la incesante búsqueda de la semántica vital
me digo...
Quiero crear cosas grandes, dignas y bellas
Pero mientras llego a alguna de ellas
me deleito del sendero,
de estar algo tarada

y de crear cosas pequeñas.

jueves, 19 de enero de 2017

Rabia transmutada en verso

Respiro,
cuento las soplidos necesarios hasta alcanzar la calma.
Contengo,
canalizo y transformo en gotas de cariño la rabia.
Me retiro,
y procuro deshacerme en cuanto puedo 
de los sentimientos inconvenientes 
entre la lluvia y los pañuelos.
Débil y cobarde,
es bastante probable 
sean llamados el llanto y el desvelo;
signos de fragilidad 
al no soportar los vientos.
Pronto acierto, 
sin embargo de este resto, 
de que es fuerte el que no quiere rabiar por dentro,
el que deja que le fluya el sentimiento.
Y me cercioro de que tan solo es un método,
uno más entre un millón,
de agarrar lo que te quema
-como puedas-
y expulsarlo de tu cuerpo.
Liberar culpabilidades,
calmar las hormonas,
deshacerte de ello;
Plenitudes que llegan cuando ya no estás lleno.
¡Agarrad por los huevos a cualquier contratiempo
ya sea muerte, goteras o migas en el pelo,
-es lo que promulgan mis voces de adentro-
y soltadlo en formas diversas, caedlo!
Les contestan con firmeza a las otras que comentan
sobre aquellas frustraciones, 
-las que pesan-.
Y llegados a este punto,
cada uno como sepa,
como bien haya aprendido,
con el hábito adquirido, 
que desprenda de sí mismo lo dañino.
Cada cual, cada día, 
sin castigo si varía,
que escoja su forma de vida
Que reviente de rabia 
o la guarde escondida
que la expulse con whisky,
senderismo o rencor, 
que haga algo o que no,
que escriba o pelee, 
que malhable o pasee,
con el fin de alcanzar la armonía
la interior principalmente
y como no, 
la que ha de reinar en compañía. 

-Y como sí, la compañía, la real, la que ama, regala calma- 


martes, 17 de enero de 2017

A ti.

Un beso largo
y cuatro subibaja de los párpados al otro lado. 
Allí viento helado,
aquí ocho raciones de calorcito relajado.
Letras, tortitas, retratos,
sinónimos de te amos.
Te canto un relato,
claro resultado de coger mi tiempo,
de plegarlo en seis cuadrados,
torcidos e imperfectos
y meterlo en una caja de cartón para guardarlo.
Te lo entrego a sabiendas
y me aprietas las piernas.
Paseamos al lado
enlazando las almas.
La armonía las cubre,
y el bosque, las babas;
esa selvática barba
entre tu boca y la mía
que nos invita a adentrarnos
más de noche, que de día,
que nos incita a quedarnos
y a jugarnos la baraja en compañía
Cuando me escondo
en su cara sur,
oigo voces y ruidos extraños
son los seres silenciados
Vivos y obrando, sí...
pero por seguridad
suya y de la de todos,
sobreviven ocultados;
tienen rostros y nombres raros,
y las patillas las han vetado.
Dos docenas de abrazos
Uno por cada hora del día
mantienen mi mundo calmado,
se duermen los personajillos
entre rizos y cromados.
Ojos grandes, limpios, claros,
Y más besos,
estos cortos, vinculados,
finiquitan lo que sea haya empezado
con poemas o retablos
y retorno con mi muso
el regalo de mi karma acumulado,
el presente que por causas del destino
permanece aquí a mi lado
con sus mocos, sus dibujos,
y sus nidos de águila
que no rima ni aunque quiera
pero me parecía de especial interés comentarlo.
Bah, para que ponerle final...
si te amo.


viernes, 13 de enero de 2017

Bajo los efectos del color

Pensamiento inquieto llamea mi rostro
y caldea mi vida;
Busca y siempre encuentra
nuevas, grandes formas
de atisbar la melodía.
Visiones de un lejos más allá del tiempo
y sueños de adentro;
tribales influencias de un respiro.
Limpiezas de base
clarean mis ojos al abrirlos,
y al salto pueden verlo;
Mente cromada en movimiento incesante,
agitada y deformante de cuadrículas
fronterizas de lo otro.
Cuerpo en la pereza
o pereza en el cuerpo...
ardua tarea el convencerlo
pero llega siempre a tiempo
el momento de estirarlo, levantarme,
el instante "dicho y hecho".
-Dicho tres mil veces;
dicho en la de antes 
de la última del hecho.-
Vestida la casa se queda,
bajo los efectos del teñido
que jugaba con espirógrafos
en las tardes de descanso.
Curvando el sendero observo
paredes y tizas, velas o manteles
y lo bebo.
Me despierto en cualquier día,
en cualquier viento,
insignificante y fugaz.
Mucho menos nimio y más transcendental
para mi que para el resto,
y veo esto.
-El color y el movimiento-
¿serán mis ojos,
o lo que queda detrás de la polvareda,
del odio y todos sus derivados?
Tanto si es filtro, cómo si es cierto,
Los arcos de la lluvia me revolotean por dentro
y eso hago.
Pinto, de cualquier forma,
escribo, beso, tiendo, hablo.