lunes, 28 de noviembre de 2016

A qué sabe la decepción

Me cabe la decepción en la boca
la mastico, la saboreo y me la trago
sabe a extraños sueños 
después del dulce de un cucurucho de chocolate
Me basta con cinco centímetros de muerte lenta
y horas ganadas en aprenderme de memoria
huele a contaminación emocional
sustitutivos
Me sobra con un poco de grafito sin sacapuntas
y un papel de water para sonarme 
Me suena el proceso que ahora es mío
resuena la cuerda a punto de partir
cuartos poniéndola a prueba
resistencias
Me atiendo en tenderme al sol de junio
rompiendo mis frutos con cuchillos de silencio
horizontalidad necesaria para un estudio
que va más allá de vuestras pautas
intraestadísticas de mis preludios 
que solo se estiman..
solo...
como grandes comienzos
Me cobro lo malo por todo lo bueno
compensaciones de impulsividad 
que siempre me doblan en experiencias
y me dan axiomas vitales
que poco tienen que ver con lo ya escrito
Me queda lo grande de los acertados errores
mientras troquelo en mis uñas viejos nerviosismos
que corresponden a lo de encima de las letras
a lo de abajo de las palabras 
y a lo de dentro de nuevas almas
Me tarda y rompo con las alarmas
dame más tiempo, seré quien sueño
se percibe el ambiente tembloroso
y yo le bailo al fondo de un saxo un tanto estúpido
que la rotura de expectativas sea minúscula 
con las tiritas de las caricias de quien no busca
Pero se encuentra.
Sincera
con ella
Aunque decepcione así a su anterior yo, 
y su presente alrededor.
Déjate caer...
da vértigo
y cuando chocas, rompes partes de tu ser...
Dejadme caer...
romperme, reconducirme,
y ya veré yo 
que hago con los trozos que me queden...
Quizás me los sirva calientes...
tal vez sean el mejor manjar para mi crecimiento
Me cabe la decepción en la boca
la mastico, la saboreo y me la trago
sabe a extraños sueños 
huele a grandes, sinceros,
encuentros,
con ella
sin nada más.

Elena

8-Junio-2015

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