Y descubrió quién se iba siempre...
Se percató un día cualquiera
de que las despedidas
eran todas suyas.
Se revelaron en su ser,
las verdades de la libertad
la soledad del sol que da...
Y recibe alas a cambio
y un destino repetido
como guarida en el exilio
escondite con puertas abiertas
y mapas que lo tiñen de no secreto.
Y se dio cuenta de 'lo de antes' de cada traición
y tuvo que empezar a llamarlo atracción
teorema, ley o hipótesis,
según su comprobación
Pedigüeña a gritos de desapego
aun que haya sufrido en la aplicación
los principios que caminaban por delante suya
mientras el despiste se cierne con besos a deshoras
en rincones que la costumbre aún no conoce, ni toca.
Continuidad de repentinos y esporádicos momentos
de dedos manchados e interiores salpicados
que aún siendo desfijados de horarios
se repiten cuándo fluye la corriente,
de la muerte a la rutina y la fijeza está latente
Paradojas que se chillan, que se abrazan
Necesitan
De las flores del otoño, secas, muertas y lloro
A los bichos que renacen, y rehacen equipajes
Polen, color y dualidad
y dejar de necesitar poco más
que comer...amar...respirar
Comerse las horas,
amar propias hojas
tomar bocanadas,
con ojos cerrados,
de fresco aire libre,
de no te vayas,
de simples o de complejas palabras
que nunca sé si leerá
Se me olvidó preguntarle
si se quedo ciego ante mis latidos
Pero como he venido...me voy
y ¿por qué me voy? me he ido...
Y descubrí quién se iba siempre
Y no pude exigir más...
Servidora autoconvencida
de "comunes en libertad".
de que las despedidas
eran todas suyas.
Se revelaron en su ser,
las verdades de la libertad
la soledad del sol que da...
Y recibe alas a cambio
y un destino repetido
como guarida en el exilio
escondite con puertas abiertas
y mapas que lo tiñen de no secreto.
Y se dio cuenta de 'lo de antes' de cada traición
y tuvo que empezar a llamarlo atracción
teorema, ley o hipótesis,
según su comprobación
Pedigüeña a gritos de desapego
aun que haya sufrido en la aplicación
los principios que caminaban por delante suya
mientras el despiste se cierne con besos a deshoras
en rincones que la costumbre aún no conoce, ni toca.
Continuidad de repentinos y esporádicos momentos
de dedos manchados e interiores salpicados
que aún siendo desfijados de horarios
se repiten cuándo fluye la corriente,
de la muerte a la rutina y la fijeza está latente
Paradojas que se chillan, que se abrazan
Necesitan
De las flores del otoño, secas, muertas y lloro
A los bichos que renacen, y rehacen equipajes
Polen, color y dualidad
y dejar de necesitar poco más
que comer...amar...respirar
Comerse las horas,
amar propias hojas
tomar bocanadas,
con ojos cerrados,
de fresco aire libre,
de no te vayas,
de simples o de complejas palabras
que nunca sé si leerá
Se me olvidó preguntarle
si se quedo ciego ante mis latidos
Pero como he venido...me voy
y ¿por qué me voy? me he ido...
Y descubrí quién se iba siempre
Y no pude exigir más...
Servidora autoconvencida
de "comunes en libertad".
Elena
23 Julio 2015
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